Como ginecóloga con formación médica especializada en salud íntima femenina he acompañado a cientos de mujeres que llegan con dudas, molestias o síntomas que alteran su bienestar diario. A lo largo de mi práctica, he comprobado que muchas de ellas no saben identificar los primeros signos de una infección vaginal ni cuándo deben acudir a consulta, lo que retrasa su tratamiento y puede provocar complicaciones.
En este artículo quiero explicarte, de forma clara y confiable, qué es una infección vaginal, cómo se produce, cuáles son sus síntomas de infección vaginal más comunes y qué tratamiento para infección vaginal es el más indicado según cada caso. Además, te compartiré recomendaciones prácticas para prevenirla y mantener tu equilibrio íntimo.
¿Qué es la infección vaginal?
Una infección vaginal es una alteración del equilibrio natural de la flora vaginal causada por microorganismos como bacterias, hongos o parásitos. En condiciones normales, la vagina mantiene un ambiente ligeramente ácido gracias a los lactobacilos, que actúan como una barrera protectora. Sin embargo, cuando ese equilibrio se rompe, ciertos gérmenes se multiplican y provocan irritación, flujo anormal y malestar.
Existen distintos tipos de infecciones vaginales, siendo las más frecuentes la candidiasis vaginal (causada por hongos), la vaginosis bacteriana y la tricomoniasis. Cada una presenta síntomas diferentes y requiere un abordaje médico específico, por lo que es fundamental no automedicarse y acudir al especialista para un diagnóstico certero.

Cómo saber si tienes una infección vaginal
Saber cómo reconocer una infección vaginal a tiempo es clave para evitar complicaciones. Los signos más comunes incluyen flujo vaginal con olor o color anormal, picazón intensa, ardor, enrojecimiento, molestias al orinar o dolor durante las relaciones sexuales.
Sin embargo, no todas las infecciones se manifiestan de la misma manera. Algunas pueden presentarse con síntomas leves o incluso pasar desapercibidas. Por eso, ante cualquier cambio en tu zona íntima, es recomendable realizar una revisión ginecológica, especialmente si los síntomas persisten más de tres días o se repiten con frecuencia.
Cómo se transmite la infección vaginal
La infección vaginal puede tener diferentes vías de transmisión, dependiendo del tipo de microorganismo. Algunas, como la candidiasis, no son de transmisión sexual y se originan por desequilibrios hormonales, uso de antibióticos o exceso de humedad. En cambio, otras como la tricomoniasis o la vaginosis bacteriana sí pueden transmitirse a través del contacto sexual.
También es importante recordar que la ropa interior sintética, los jabones perfumados y la falta de ventilación favorecen el ambiente para que los microorganismos crezcan. La higiene íntima inadecuada o el uso de duchas vaginales también pueden alterar el pH y aumentar el riesgo de infección.

¿Cuáles son los síntomas de infección vaginal y vaginitis?
Los síntomas de infección vaginal pueden variar según su origen, pero los más comunes son: picazón, flujo espeso o acuoso, ardor al orinar, mal olor, enrojecimiento y molestias al tener relaciones sexuales. La vaginitis, que es la inflamación de la vagina, suele acompañar estos síntomas y aumentar la sensibilidad en la zona íntima.
A continuación, te presento una tabla comparativa que resume los síntomas según el tipo de infección más frecuente:
| Tipo de infección vaginal | Causa principal | Síntomas característicos | Color y olor del flujo |
| Candidiasis | Hongo Candida albicans | Picazón intensa, ardor, enrojecimiento | Blanco espeso, sin olor |
| Vaginosis bacteriana | Desequilibrio bacteriano | Olor fuerte a “pescado”, flujo grisáceo | Gris o blanquecino con olor desagradable |
| Tricomoniasis | Parásito Trichomonas vaginalis | Flujo abundante, picazón, ardor | Amarillo-verdoso, con mal olor |
Si presentas alguno de estos síntomas, da el siguiente paso y consulta con un especialista en nuestra clínica para ofrecerte una orientación y tratamiento personalizado.
Principales causas de la infección vaginal
Las causas más comunes de infección vaginal son múltiples y pueden combinar factores internos y externos. Entre las más frecuentes se encuentran los cambios hormonales (como los del embarazo o la menopausia), el uso prolongado de antibióticos, el estrés, la falta de descanso y la higiene inadecuada.
También influyen factores externos, como el uso de ropa interior ajustada o de materiales sintéticos, la humedad prolongada después del ejercicio, el uso de productos perfumados en la zona íntima y las relaciones sexuales sin protección. Identificar la causa específica es fundamental para aplicar el tratamiento para infección vaginal más adecuado y evitar recurrencias.
¿Cómo prevenir infecciones vaginales?
La prevención de la infección vaginal se basa en mantener el equilibrio natural de la flora vaginal y adoptar hábitos saludables. Evitar la humedad excesiva, utilizar ropa interior de algodón y secar bien la zona íntima después del baño son medidas simples pero efectivas.
También se recomienda no utilizar duchas vaginales ni jabones perfumados, ya que alteran el pH natural. Una dieta equilibrada, rica en probióticos y baja en azúcares refinados, ayuda a mantener una microbiota vaginal saludable. Además, acudir al ginecólogo de forma preventiva una o dos veces al año permite detectar cambios antes de que se conviertan en infecciones recurrentes.

Cuál es el tratamiento que se debe realizar si tengo una infección vaginal
El tratamiento para infección vaginal depende del tipo de microorganismo que la causa. En el caso de la candidiasis, se emplean antifúngicos locales o en comprimidos; para la vaginosis bacteriana, antibióticos específicos; y para la tricomoniasis, medicamentos antiparasitarios.
Es importante destacar que cómo curar una infección vaginal requiere diagnóstico médico y seguimiento. Automedicarse o usar tratamientos caseros sin orientación profesional puede empeorar los síntomas o enmascarar la infección. En algunos casos, también es necesario tratar a la pareja sexual para evitar reinfecciones.
Consejos para mantener una salud íntima equilibrada
Mantener una buena salud íntima implica cuidar no solo la higiene, sino también el bienestar general. Evitar el uso de protectores diarios todos los días, cambiar la ropa interior con frecuencia y elegir jabones con pH neutro son medidas clave para prevenir una infección vaginal.
Además, reducir el estrés, dormir bien y llevar una alimentación balanceada contribuyen al equilibrio hormonal y a fortalecer las defensas naturales del organismo. Recuerda que tu zona íntima tiene su propio sistema de protección; respetarlo es el primer paso para mantenerla saludable.

Agenda una consulta con nuestros especialistas para recuperar tu bienestar íntimo
En nuestra clínica, contamos con un equipo especializado en ginecología y salud íntima femenina que ofrece diagnóstico personalizado y tratamiento para infección vaginal basado en evidencia científica. Nuestro objetivo es ayudarte a recuperar tu bienestar íntimo y prevenir futuras complicaciones.
En nuestra clínica utilizamos tecnología de diagnóstico precisa, acompañamiento médico cercano y tratamientos diseñados para restaurar el equilibrio vaginal de manera segura y efectiva. Agenda tu cita y da el primer paso hacia una vida íntima saludable y libre de molestias.
Preguntas frecuentes sobre la infección vaginal
¿Qué causa una infección vaginal?
Puede deberse a bacterias, hongos o parásitos, además de factores como el uso de antibióticos, cambios hormonales o mala higiene.
¿Cuáles son los síntomas de infección vaginal más comunes?
Flujo anormal, picazón, mal olor, ardor al orinar y dolor durante las relaciones sexuales.
¿Cómo curar una infección vaginal en casa es posible?
No se recomienda automedicarse. Siempre es mejor acudir al ginecólogo para un diagnóstico y tratamiento para infección vaginal adecuado.
¿Cuánto dura una infección vaginal con tratamiento?
Depende del tipo de infección, pero generalmente mejora entre 3 y 7 días con el tratamiento correcto.
¿El tratamiento para infección vaginal se puede repetir?
Solo bajo indicación médica. Si los síntomas regresan, puede haber una causa subyacente que deba tratarse de forma integral.