Como ginecóloga con más de dos décadas de experiencia dedicadas a la salud femenina, he acompañado a miles de mujeres a lo largo de diferentes etapas de su vida, y una consulta recurrente, pero a menudo silenciada, es la relacionada con la incontinencia urinaria. Mi formación especializada y años de práctica clínica me han permitido comprender en profundidad esta condición y ofrecer soluciones efectivas. En este artículo, quiero compartir contigo información valiosa y confiable para que entiendas qué es la incontinencia urinaria, sus tipos, cómo se diagnostica y, lo más importante, cuáles son los tratamientos disponibles para mejorar tu calidad de vida.
¿Qué es la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina. Es fundamental comprender que no se trata de una consecuencia inevitable del envejecimiento, sino de un problema médico con diversas causas y soluciones. Experimentar incontinencia puede generar un impacto significativo en la vida diaria, afectando la autoestima, limitando actividades sociales y físicas e incluso alterando el descanso nocturno.
Es importante reconocer la incontinencia urinaria como una condición médica tratable. Muchas mujeres sienten vergüenza o creen que es algo que deben soportar en silencio, pero buscar ayuda profesional es el primer y más importante paso para recuperar el control y mejorar la calidad de vida. Existen diversas opciones de tratamiento disponibles y personalizadas para cada caso.

¿Es muy frecuente la incontinencia urinaria?
Sí, la incontinencia urinaria es un problema de salud muy frecuente entre las mujeres. Se estima que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, y su prevalencia aumenta con la edad, aunque puede presentarse en mujeres de todas las edades. Diversos estudios poblacionales confirman que una proporción significativa de mujeres experimenta algún grado de incontinencia en algún momento de sus vidas.
Esta alta frecuencia la convierte en un problema de salud pública relevante. Es crucial desmitificar la idea de que la incontinencia es algo raro o vergonzoso, y normalizar la conversación sobre este tema para que más mujeres se sientan cómodas buscando ayuda y accedan a un diagnóstico y tratamiento adecuados. Reconocer su frecuencia nos ayuda a entender que no estamos solas y que existen recursos y soluciones disponibles.
¿Qué tipos de incontinencia urinaria afectan a las mujeres?
Existen distintos tipos de incontinencia urinaria, siendo los más comunes en mujeres:
- Incontinencia urinaria de esfuerzo: Este tipo se caracteriza por la pérdida de orina al realizar esfuerzos físicos como toser, estornudar, reír, levantar peso o hacer ejercicio. Ocurre cuando la presión dentro del abdomen aumenta y los músculos del suelo pélvico no son lo suficientemente fuertes para mantener la uretra cerrada.
- Incontinencia urinaria de urgencia: Se manifiesta como una necesidad repentina e imperiosa de orinar, que es difícil de contener, lo que puede llevar a la pérdida de orina antes de llegar al baño. Está relacionada con una hiperactividad del músculo detrusor de la vejiga.
- Incontinencia urinaria mixta: Como su nombre indica, combina síntomas de incontinencia de esfuerzo y de incontinencia de urgencia. Es decir, la mujer puede experimentar pérdidas de orina tanto al hacer esfuerzos como ante la urgencia repentina de orinar.
- Incontinencia urinaria por rebosamiento: Menos frecuente en mujeres, se produce cuando la vejiga no se vacía completamente, lo que provoca un goteo constante o pérdidas inesperadas debido a la acumulación excesiva de orina.
- Incontinencia funcional: En este caso, la incontinencia no se debe a un problema en el sistema urinario en sí, sino a factores externos que dificultan llegar al baño a tiempo, como problemas de movilidad o cognitivos.

¿Cuáles son los síntomas de la incontinencia urinaria?
Los síntomas de la incontinencia urinaria pueden variar según el tipo y la gravedad, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Pérdida involuntaria de orina: Este es el síntoma principal y puede manifestarse de diferentes formas: goteo leve, pérdida moderada o incluso vaciado completo de la vejiga. La incontinencia puede ocurrir durante actividades cotidianas o de manera inesperada.
- Urgencia urinaria: Una necesidad repentina y fuerte de orinar que es difícil de posponer.
- Aumento de la frecuencia urinaria: Necesidad de orinar con mayor frecuencia de lo habitual, tanto de día como de noche.
- Sensación de no vaciar completamente la vejiga: Después de orinar, sentir que aún queda orina en la vejiga.
- Mojar la cama durante el sueño: En casos más severos, puede ocurrir enuresis nocturna (incontinencia urinaria durante la noche).
Es importante prestar atención a estos síntomas y consultar con un profesional médico para obtener un diagnóstico preciso y explorar las opciones de tratamiento disponibles. No hay que normalizar estos síntomas, ya que la incontinencia urinaria tiene soluciones que pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
¿Cuáles son las causas de la incontinencia urinaria?
Las causas de la incontinencia urinaria son diversas y multifactoriales. Algunas de las más comunes en mujeres incluyen:
- Debilidad de los músculos del suelo pélvico: El embarazo, el parto vaginal y la menopausia pueden debilitar estos músculos, que son fundamentales para el control de la vejiga. En nuetsra clínica podemos ayudarte a fortalecer el suelo pelvico.
- Cambios hormonales durante la menopausia: La disminución de estrógenos puede afectar los tejidos de la uretra y la vejiga, haciéndolos más propensos a la incontinencia.
- Embarazo y parto: El peso del bebé durante el embarazo y el proceso del parto pueden dañar o debilitar los músculos del suelo pélvico y los nervios que controlan la vejiga.
- Sobrepeso y obesidad: El exceso de peso ejerce presión adicional sobre la vejiga y los músculos del suelo pélvico.
- Estreñimiento crónico: El esfuerzo al defecar puede debilitar los músculos del suelo pélvico con el tiempo.
- Lesiones nerviosas: Daño a los nervios que controlan la vejiga, por ejemplo, debido a cirugías pélvicas, enfermedades neurológicas o diabetes.
- Ciertos medicamentos: Algunos fármacos pueden tener efectos secundarios que contribuyen a la incontinencia urinaria.
- Infecciones urinarias: Las infecciones del tracto urinario pueden irritar la vejiga y causar incontinencia temporal.
Identificar la causa subyacente de la incontinencia es fundamental para determinar el tratamiento más adecuado y efectivo.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la incontinencia urinaria generalmente comienza con una evaluación médica completa que incluye:
- Historial clínico detallado: El médico preguntará sobre los síntomas, cuándo comenzaron, con qué frecuencia ocurren, factores desencadenantes, antecedentes médicos y medicamentos que se estén tomando.
- Exploración física: Se realiza un examen físico general y un examen pélvico para evaluar la función de los músculos del suelo pélvico y descartar otras posibles causas.
- Diario miccional: Se pide a la paciente que registre durante unos días la cantidad de líquido que bebe, la frecuencia con la que orina, la cantidad de orina y los episodios de incontinencia.
- Análisis de orina: Se realiza un análisis de orina para descartar infecciones urinarias u otras anomalías.
- Pruebas urodinámicas: En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas urodinámicas más específicas para evaluar la función de la vejiga y la uretra en detalle. Estas pruebas pueden incluir la cistometría (medición de la presión en la vejiga), la uroflujometría (medición del flujo de orina) y el perfil de presión uretral.
Un diagnóstico preciso es esencial para poder ofrecer un plan de tratamiento personalizado y efectivo para la incontinencia.

¿Existen factores predisponentes?
Sí, existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar incontinencia urinaria. Conocerlos puede ayudar a tomar medidas preventivas y a estar más alerta ante la aparición de los síntomas. Algunos de los factores predisponentes más relevantes son:
- Edad: La incontinencia urinaria es más común a medida que aumenta la edad, debido a los cambios naturales en el cuerpo y al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico.
- Sexo femenino: Las mujeres tienen mayor riesgo que los hombres debido a factores anatómicos, hormonales y a eventos como el embarazo y el parto.
- Embarazo y parto vaginal: Como ya se mencionó, estos eventos pueden debilitar los músculos del suelo pélvico y dañar los nervios.
- Menopausia: La disminución de estrógenos en la menopausia contribuye a cambios en el tracto urinario que aumentan el riesgo de incontinencia.
- Obesidad: El sobrepeso y la obesidad ejercen presión adicional sobre la vejiga y los músculos del suelo pélvico. Conoce mas a fondo sobre la obesidad y el sobrepso.
- Historia familiar: Existe cierta predisposición genética, por lo que tener familiares con incontinencia urinaria puede aumentar el riesgo.
- Tabaquismo: Fumar puede irritar la vejiga y empeorar la incontinencia.
- Estreñimiento crónico: El esfuerzo al defecar puede debilitar los músculos del suelo pélvico.
- Ciertas enfermedades: Diabetes, enfermedades neurológicas (como Parkinson o esclerosis múltiple) y enfermedades respiratorias crónicas pueden aumentar el riesgo de incontinencia.
Identificar estos factores de riesgo permite adoptar estrategias preventivas y buscar atención médica temprana ante los primeros síntomas.
Tratamiento de la incontinencia urinaria
Afortunadamente, existen múltiples opciones de tratamiento para la incontinencia urinaria, y la elección dependerá del tipo de incontinencia, su gravedad y las características individuales de cada paciente. El objetivo principal del tratamiento es mejorar o curar la incontinencia, así como mejorar la calidad de vida de la mujer. Las opciones de tratamiento abarcan desde cambios en el estilo de vida y ejercicios, hasta terapias con dispositivos médicos y, en casos seleccionados, cirugía.
Aquí te presento algunas opciones de tratamiento innovadoras y efectivas:
Tratamiento de la incontinencia urinaria con estimulación eléctrica SILLA EMFEMME 360®
La SILLA EMFEMME® es una opción de tratamiento no invasiva que utiliza la estimulación electromagnética focalizada de alta intensidad (HIFEM) para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Esta tecnología innovadora induce miles de contracciones musculares supramáximas en cada sesión, mucho más de lo que se podría lograr con ejercicios voluntarios.
Este tratamiento es indoloro y cómodo, la paciente se sienta vestida en la silla EMFEMME mientras recibe la estimulación. Es una excelente alternativa para mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo y de urgencia, que buscan una solución eficaz y no quirúrgica. Los resultados suelen ser notables en pocas sesiones, mejorando significativamente el control de la vejiga y reduciendo las pérdidas de orina.

Tratamiento de la incontinencia urinaria con dispositivos médicos robóticos SILLA EMSELLA®
La SILLA EMSELLA® es otro dispositivo médico robótico que también utiliza la tecnología HIFEM para tratar la incontinencia urinaria. Al igual que la EMFEMME, fortalece los músculos del suelo pélvico de manera no invasiva, mediante miles de contracciones musculares en cada sesión.
La SILLA EMSELLA® se diferencia por su diseño y enfoque, siendo también una opción muy efectiva para el tratamiento de la incontinencia urinaria. Ambas sillas representan avances significativos en el tratamiento no quirúrgico de la incontinencia, ofreciendo soluciones cómodas, rápidas y con resultados probados. La elección entre una u otra puede depender de las necesidades y preferencias individuales de cada paciente, así como de la recomendación del profesional médico.

Tratamiento de la incontinencia urinaria con ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico
Los ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, también conocidos como ejercicios de Kegel, son una parte fundamental del tratamiento de la incontinencia urinaria, especialmente la de esfuerzo. Estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico, que son los mismos que se utilizan para detener el flujo de orina.
Realizar estos ejercicios de manera regular y correcta, bajo la guía de un profesional, puede mejorar significativamente la fuerza y la función de los músculos del suelo pélvico. Es importante aprender la técnica adecuada para asegurar su efectividad y ser constante en su práctica para obtener resultados a largo plazo. Estos ejercicios pueden ser combinados con otras terapias para un tratamiento integral.
¿Empeora la incontinencia urinaria en la menopausia?
Sí, la incontinencia urinaria puede empeorar en la menopausia en algunas mujeres. La disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia puede afectar los tejidos del tracto urinario, incluyendo la uretra y la vejiga. Estos tejidos pueden volverse más delgados y menos elásticos, lo que puede contribuir a la incontinencia urinaria.
Además, los cambios hormonales de la menopausia pueden influir en la función de los músculos del suelo pélvico, debilitándolos aún más. Por lo tanto, muchas mujeres pueden notar un empeoramiento de la incontinencia preexistente o incluso el inicio de nuevos síntomas durante la menopausia. Es fundamental abordar este problema en esta etapa de la vida y buscar tratamientos específicos que consideren los cambios hormonales.

¿Qué puedo hacer para evitar la incontinencia urinaria?
Si bien no siempre se puede prevenir completamente la incontinencia urinaria, existen medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo y a mantener un buen control de la vejiga:
- Realizar ejercicios de suelo pélvico de forma regular: Incluir los ejercicios de Kegel en la rutina diaria, incluso antes de tener problemas de incontinencia, puede fortalecer los músculos y prevenir su debilitamiento.
- Mantener un peso saludable: Evitar el sobrepeso y la obesidad reduce la presión sobre la vejiga y los músculos del suelo pélvico.
- Evitar el tabaquismo: Dejar de fumar tiene múltiples beneficios para la salud, incluyendo la mejora de la salud de la vejiga.
- Controlar la ingesta de líquidos: Beber suficiente agua es importante, pero evitar el consumo excesivo de líquidos, especialmente antes de acostarse, puede ayudar a reducir la frecuencia urinaria nocturna.
- Evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol: Estas sustancias pueden irritar la vejiga y aumentar la urgencia urinaria.
- Tratar el estreñimiento: Mantener una dieta rica en fibra y una buena hidratación ayuda a prevenir el estreñimiento y el esfuerzo al defecar.
- Acudir a revisiones ginecológicas periódicas: Las revisiones regulares permiten detectar y tratar precozmente cualquier problema relacionado con la salud pélvica.
Adoptar estos hábitos saludables puede contribuir a la prevención y al manejo de la incontinencia urinaria a lo largo de la vida.

Conclusiones
La incontinencia urinaria es una condición muy común entre las mujeres, pero es fundamental recordar que no es algo que debas aceptar como normal o inevitable. Existen múltiples tipos, causas y, sobre todo, tratamientos efectivos que pueden mejorar significativamente tu calidad de vida. Desde opciones no invasivas como las sillas EMFEMME® y EMSELLA®, hasta los ejercicios de suelo pélvico, hay soluciones para cada mujer.
Te animo a romper el silencio, a hablar abiertamente con tu médico sobre este tema y a buscar ayuda profesional. No tienes que vivir con la incomodidad y las limitaciones que impone la incontinencia. Recuerda que la incontinencia urinaria tiene tratamiento y que recuperar el control de tu vejiga es posible. Tu bienestar y tu calidad de vida son lo más importante.
Contacta con uno de nuestros especialistas, con gusto te atenderemos y te asesoraremos